TRABAJO SOCIAL
Antes de Mary Richmond (1861-1928), nadie en Estados Unidos se imaginaba que ayudar a los más necesitados pudiera convertirse en una profesión. Fue esta mujer quien revolucionó la forma de entender la asistencia social y formalizó muchas de las teorías de intervención vigentes hoy en día. Su visión se basaba en el análisis de cada caso de forma individual, para buscar las causas que habían llevado al sujeto a su situación de pobreza y erradicarlas, siempre teniendo en cuenta la independencia de la persona.
Desde muy joven, Richmond comenzó a interesarse por la atención a los ciudadanos sin recursos. Se crio con su abuela, quien la enseñó a pensar por ella misma y a formular sus propios argumentos. Esta educación le sirvió para abrir camino en la que era su pasión y perseguir el objetivo de convertir la caridad altruista en una profesión. En 1889 comenzó a trabajar en la Charity Organisation Society (COS) de Nueva York como la primera mujer tesorera auxiliar. Gracias a sus novedosas aportaciones, ascendió y ocupó el cargo de secretaria general de la organización durante diez años. En 1898 creó la Escuela de Filantropía aplicada de Nueva York con la idea de dar forma a la profesión de todas aquellas personas que querían dedicarse al bienestar de las personas más desfavorecidas.
En 1917 y tras analizar miles de casos, Richmond publicó su método de intervención en 'Diagnóstico social', basado en la entrevista con el usuario y la comunicación basada en la confianza para lograr empoderarlo y potenciar sus capacidades. Cinco años más tarde publicó 'Trabajo social individual', sobre el papel activo del sujeto en el proceso de ayuda. Sus escritos han llegado hasta nuestros días como los cimientos de la profesión.
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